No hace falta mudarse de casa, ni cambiar de ciudad para reinventarse, ¡que va! Yo era de los que pensaba que sí y de hecho mucha gente compartía mi opinión. En absoluto. Y lo digo con conocimiento de causa.
Nunca pensé que emplearía mis vacaciones en renovar mi casa, ¿en qué cabeza cabe eso? En la mía sin duda. Pero ahora me alegro.
Todo empezó una mañana de primavera, de esas que te levantas con el pie izquierdo. Para colmo caen las gotas, de las últimas lluvias y el día se pone feo, pero feo. Entonces empiezas a replantearte la existencia. ¿Qué hago con mi vida?, ¿qué hago en este trabajo?, ¿por qué no vivo en pleno campo, o a pie de playa?, ¿por qué llevo años con este sofá…? Y así la retahíla de preguntas que nos hacemos cuando tenemos un día algo gris. Hasta el momento estas crisis momentáneas quedaban sólo en eso. Sin embargo esta vez, la cosa fue a más. Manos a la obra me dije. Mi vida puede ser maravillosa, no es tan mala. El trabajo no es opcional. La casa en el campo o en la playa, se me va de presupuesto. Pero…quizás pudiese sacar partido a lo que tengo.
En efecto, llegaron mis vacaciones y a diferencia de otros años. De ser un aventurero, pasé a decorador de mi propia casa.
En un principio me resistí a hacer uso de herramientas, pero caí en la tentación. Qué sería de una buena reforma sin su caja de herramientas.
Primero le dí color a las paredes, aquello parecía una cueva. Hacía años que no le daba una mano de pintura, lo reconozco. Y como consecuencia, no tenía nada para empezar la faena. Pinceles, brochas, cubos, papeles adhesivos para no pintar hasta el suelo, entre otras cosas tuve que comprar. Aunque sacrificara mis vacaciones arreglando mi casa, no iba a perder mi tiempo. Todo lo que compré lo hice por Internet. La Tienda Directa tenía todo referente a pintura en su sección bricolaje. He de decir que no soy de andar horas metidos en páginas, pero estuve bastante tiempo navegando entre secciones.
Cuando me quise dar cuenta, me había equipado como un pintor profesional.
Rodillo Felpon
Cubeta 16 L.
Papel Adhesivo Blanco
Está claro que si la faena no salía bien no iba a ser por falta de materiales, más bien por mi falta de conocimiento. En mi defensa diré que el resultado no fue tan malo como esperaba.
Acabada la parte más pintoresca, volví a La Tienda Directa y dí rienda suelta a la imaginación. En esta ocasión empecé a investigar la sección hogar. En homenaje a mi trabajo bien hecho, después de pintar hasta el último rincón de la casa, decidí darme un capricho. Y qué mejor manera de combatir el cansancio que esta maravilla:
Sillón De Masaje Deluxe
Sin duda alguna, la mejor compra que pude hacer. Abandoné mi antiguo sofá y me dejé envolver por mi nuevo descubrimiento.
Me costó retomar mi objetivo y despegarme de mi sillón de masaje, pero lo conseguí.
Para dar otro aire a las paredes, que no sólo lucieran nuevo color, recuperé antiguos cuadros. Pero como recalcaba al principio, las herramientas no son lo mío. Puestos a hacer las cosas bien me busqué una buena herramienta para hacer boquetes donde fuese necesario.
Taladro Bosch
Por mucho que renegué al principio, le cogí gusto al arte de colgar cuadros. A tanto llegó la cosa que tuve que buscar más cuadros para tapar boquetes de más que había hecho. Menos mal que encontré bastantes en la sección cuadros, de la Tienda Directa. La verdad es que hay auténticas maravillas y aunque me costó elegir, me decanté por este.
Bonito ¿eh? Pues hasta aquí llegó mi redecoración, unas vacaciones bien invertidas y el gran descubrimiento de mi sillón de masajes. ¿Qué más se puede pedir?